Barcelona Hace diez años, cuando el mundo se conmocionaba con la fotografía de Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado en una playa de Turquía cuando sus padres intentaban llevarlo a Europa, dos socorristas de Badalona decidieron ir a la isla griega de Lesbos a hacer lo que sabían hacer: salvar vidas en el agua. Fue el primer paso de lo que después se convertiría en una de las ONG de rescate de personas en un Mediterráneo que se había convertido en una gran fosa común, por el cierre de las vías seguras para los migrantes con menos recursos. "Hace unos años nos daban premios. Ahora nos criminalizan", recordaba este martes en el puerto de Barcelona Oscar Camps, fundador de Open Arms. Un buen resumen del cambio de vientos que soplan en Europa. Desde ese 2015 han rescatado 72.000 náufragos en el M
Open Arms cumple 10 años con 72.000 rescates: "Combatiremos el fascismo salvando vidas"

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