El ataque israelí a Catar el pasado 9 de septiembre «fue un asalto a la paz y la estabilidad regional, y un golpe a los procesos de negociación y mediación en todo el mundo», indicó el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, Volker Türk.
«Agredir a actores involucrados en una mediación con respaldo internacional perjudica el papel de Catar como mediador y facilitador de la paz, y es un ataque a los esfuerzos globales hacia la resolución pacífica de conflictos», señaló en una reunión especial del Consejo de Derechos Humanos para debatir ese ataque.
También subrayó que las leyes de la guerra consideran fundamental la distinción entre civiles y militares, «y ningún ataque debe ser dirigido contra personas que no estén tomando parte directa en unas hostilidades».
Türk recordó que el