Por Alejandro Álvarez Manilla
Este 15 de septiembre será distinto. No me queda duda de que el primer Grito de Independencia encabezado por una mujer marcará un antes y un después en nuestra historia. La Dra. Claudia Sheinbaum, presidenta de México , se asomará al balcón central de Palacio Nacional y enarbolará la bandera ante miles en el Zócalo y millones a través de las pantallas. Su sola presencia ya es símbolo, ya es historia, ya es un acto de ruptura con más de dos siglos de voces masculinas dominando el ritual cívico más importante del país.
Pero tengo la duda de si la presidenta aprovechará esa tribuna para ir más allá. Porque no basta con que sea ella, no basta con que su voz sea femenina. El desafío está en el contenido del grito, en las palabras que elegirá, en los nombres que