Hace mucho tiempo que Armand Duplantis dejó de competir contra sus rivales. Cada vez que toma su garrocha y sale disparado hacia el listón colocado bien alto en el cielo, el sueco solo piensa en superarse a sí mismo, como hizo el lunes en el Campeonato Mundial de Tokio , en el que saltó 6,30 metros, ya con su tercer título consecutivo asegurado, y rompió por 13ª vez su propio récord mundial. Y como cada vez que mejora su marca y escribe su nombre en las estadísticas históricas del atletismo, una pregunta empieza a dar vueltas en el aire: "¿Qué tan alto puede llegar a "volar" Mondo?"

Quizás la persona más calificada para responderla sea, más allá del propio atleta, su padre Greg , que fue garrochista y hoy es su entrenador. En el documental "The Next Centimetre" (El próximo cent

See Full Page