Rusia ha estado involucrada en la deportación, reeducación, militarización y acogida y adopción forzadas de niños de Ucrania desde al menos 2014, en los territorios ocupados de Crimea, Lugansk y Donetsk. Los menores han sido trasladados a 210 recintos diferentes, de los cuales más de la mitad son dirigidos de manera directa por el Kremlin.
Así lo afirma un estudio realizado por la Universidad de Yale, en vigor desde el inicio del conflicto , y que ahora publica sus conclusiones tras varios años de investigación. Entre los hallazgos, el documento afirma que se han descubierto 156 nuevas localizaciones, aunque aseguran que el número real es “probablemente más alto”, pese a que no determinan el número de niños ucranianos presentes en estos recintos ni si hay niños ucranianos actualmente en