Las obras de Leandro Erlich suelen ser, en su gran mayoría, monumentales. Toman el espacio, lo doblan, lo silencian o lo exaltan, pero jamás pasan desapercibidas. En su primera muestra en Buenos Aires después de la exitosa Liminal , en 2019, la más visitada en la historia del Malba , regresa con un gesto contrario: el del prestidigitador que sorprende, pero desde lo mínimo, para demostrar así que detrás de su trabajo, más allá del tamaño, lo que le interesa es la ilusión.
Y justamente, de allí el nombre de la exposición, La estrategia de la ilusión , que se presenta en la Torre Macro , donde invita una vez más a transformar la percepción de la realidad a través de instalaciones inmersivas que desafían las leyes físicas y lo cotidiano.
“Creo que la ilusión tiene dos elem