Garantizar el uso pacífico de la energía nuclear y prevenir la proliferación de armas nucleares es un imperativo moral.
Esta firme postura de la Santa Sede fue reafirmada este 16 de septiembre por monseñor Daniel Pacho, Subsecretario para Asuntos Multilaterales, quien, tras entregar los saludos del Papa León XIV a los participantes en la 69 Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), expresó el agradecimiento de la Santa Sede por la incansable labor, incluso en condiciones difíciles, del Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, y de los miembros de la Secretaría.
El contraste entre el gasto militar y las necesidades primarias
El deber de prevenir la proliferación de armas nucleares, según el arzobispo Pacho, “es particularmente evidente en la era