
Situado en el municipio de Ribamontán al Mar , muy cerca de Somo y Loredo , el pequeño pueblo de Suesa se alza como uno de esos lugares donde la historia, la arquitectura y el paisaje conviven en armonía. Con poco más de 300 habitantes, Suesa ofrece al visitante una experiencia de calma, naturaleza y raíces cántabras profundas.
Un enclave histórico y espiritual
Uno de los principales referentes de Suesa es el Monasterio de las Trinitarias , fundado en el siglo XIX sobre un antiguo convento franciscano. A día de hoy, este monasterio continúa activo como lugar de retiro espiritual, hospedaje y actividad cultural. Sus muros centenarios han visto pasar generaciones de religiosas, viajeros y buscadores de paz interior.
El conjunto monástico está rodeado de jardines y praderas, y alberga una iglesia sencilla pero elegante, donde la espiritualidad se respira en cada rincón. Además, en el entorno del monasterio pueden adquirirse productos elaborados por las hermanas, como dulces o artículos artesanales.
Naturaleza en estado puro
Suesa se beneficia de una ubicación privilegiada . A escasos kilómetros se encuentran algunas de las mejores playas del litoral cántabro: Loredo , Somo y la salvaje Langre , perfectas para quienes buscan sol, surf o simplemente paseos frente al Cantábrico. Pero además, el interior del pueblo y sus alrededores ofrecen senderos tranquilos entre pastizales, bosques y pequeñas colinas, ideales para recorrer a pie o en bicicleta.
Este entorno natural hace de Suesa un lugar atractivo para el turismo sostenible y el agroturismo , gracias a su cercanía con espacios protegidos y al respeto que mantiene por el ritmo pausado de la vida rural.
Arquitectura montañesa y vida rural
El paseo por el casco antiguo de Suesa revela casas tradicionales de piedra , muchas de ellas restauradas con mimo. Balcones de madera, escudos familiares y corredores floridos se suceden entre las calles estrechas, recordándonos la estética propia de la arquitectura montañesa.
En el pueblo, todavía se mantienen actividades ligadas a la ganadería y la agricultura , aunque también se ha producido en los últimos años un crecimiento del turismo rural y la instalación de nuevas viviendas, respetuosas con el paisaje.
En Suesa y su entorno cercano se pueden encontrar varios bares y restaurantes donde disfrutar de productos típicos de la zona: quesadas, sobaos, quesos artesanos y pescados del Cantábrico. Además, es habitual ver mercadillos o ferias locales en las que se venden productos de proximidad.
Suesa es uno de esos lugares que no aparecen en las guías más comerciales, pero que dejan huella en quien lo visita. Ya sea para unos días de descanso, para hacer rutas por el litoral, para reencontrarse con la naturaleza o descubrir el legado espiritual de su monasterio, Suesa es una invitación a la pausa, al descubrimiento y al disfrute sin prisas .