Las palabras del almirante secretario de Marina, Raymundo Morales Ángeles durante el desfile del 16 son una primera exposición pública de divergencia con el gobierno anterior.
Cuando se habla de golpe de timón se alude a una maniobra brusca y urgente.
No es un simple cambio programado en la ruta, es el reconocimiento de una dirección equivocada en la singladura. Y si se compara con el país, nunca antes se había dicho de tan contundente manera: íbamos con el sextante descompuesto y el rumbo equivocado.
Mueve el timón el timonel quien a su vez obedece al capitán, pero este ¿a quién le responde? Es el caso del ex secretario Rafael Ojeda. ¿A quién le obedecía?
La envoltura de inocencia de los altos mandos, quienes informaron las irregularidades en el contrabando desde hace varios años no e