La suspensión indefinida del programa nocturno Jimmy Kimmel Live! —uno de los más influyentes de la televisión estadounidense— dejó de ser un episodio aislado entre un comediante y una televisora para convertirse en un símbolo alarmante del rumbo político en Estados Unidos. Lo que se debate, según voces críticas, no es sólo el destino de un presentador popular, sino la consolidación de un modelo en el que la censura se ejerce desde el poder con una ostentación que roza la celebración.
El detonante fue un monólogo en el que Kimmel —consolidado como una de las voces más reconocibles del late night show, junto a Stephen Colbert y Jimmy Fallon— criticó a simpatizantes del movimiento MAGA por capitalizar políticamente el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
A partir de ahí, Brend