Cada nueva aprobación de retiros “extraordinarios” de los fondos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) reabre el debate entre la liquidez inmediata y las consecuencias de largo plazo para el sistema previsional. Más allá de lo económico, este escenario ha impulsado a los trabajadores a fiscalizar con mayor atención sus cuentas y, en consecuencia, el cumplimiento de las obligaciones de los empleadores.
Este fenómeno no es menor si se considera que, de acuerdo con la Asociación de AFP, más de 8 millones de peruanos forman parte del sistema privado de pensiones, que exige aportes obligatorios equivalentes al 10% del salario más comisión y seguro, destinados a conformar un fondo propio para una vejez digna.
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