Es época de un producto que nos entusiasma procedente de la bretaña francesa: el mejillón bouchot, hoy presente en las pescaderías y en numerosos establecimientos. Les cuento. Se denominan así porque se cultivan a partir de una técnica tradicional francesa en estacas de madera (bouchot) clavadas en el mar de la bahía de Mont Saint-Michel, originaria del siglo XIII. Es en éstas donde se fijan las larvas, primero, en concreto, en cuerdas de coco enrolladas. Son las mareas las que los exponen al aire y al agua, lo que provoca que obtengan una textura y sabor diferenciadores, pero también significa que antes de su recolección pasan tiempo fuera del agua, casi la mitad de su vida, y no se alimenten continuamente. Es lo que diferencia el producto galo del gallego, ya que éstos en las bateas flot

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