Las explosiones en la ciudad de Gaza, donde el martes 16 el Ejército israelí empezó el operativo terrestre para eliminar a Hamas, se pueden oír desde la ciudad de Sderot. O desde el kibutz de Nir Oz. O desde el cementerio de vehículos de Tkuma. O desde el predio de la Nova Fest.

Hay una distancia de entre 12 y 20 kilómetros entre el foco del combate y esos sitios del territorio de Israel hoy transformados en memoriales de la masacre del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, el sonido de las bombas llega nítido a través del aire despejado del desierto.

La conexión sonora entre ambos escenarios puede interpretarse como una metáfora de lo que está ocurriendo en el conflicto palestino-israelí en este momento particular: las explosiones en la capital de la Franja de Gaza se funden con los clamor

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