Los Pumas tuvieron la oportunidad de adelantarse en el marcador ante los Tigres en el estadio Olímpico Universitario, pero no la supieron aprovechar.

El equipo de Efraín Juárez desperdició la ocasión más clara de gol que tuvo durante la primera parte y no pudo abrir el marcador.

A los 20 minutos del primer tiempo, tras un cobro de tiro de esquina, Juan Purata cometió una mano dentro de su propia área que, en un principio el árbitro central decidió no señalar.

Óscar Mejía consideró que el balón no había tocado la mano del defensa central mexicano, por lo que continuó la jugada.

Sin embargo, los miembros del VAR le indicaron al silbante que revisara la acción en el monitor, para que tuviera una segunda apreciación.

El nazareno volvió a ver la jugada y reculó en su decisión

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