En la quietud de su hogar, Corina observa el mundo desde la ventana, donde cada calle, cada esquina y cada rostro le parecen distantes y a la vez abrumadoramente cercanos. La agorafobia, esa sombra silenciosa que envuelve su día a día, le enseña que incluso los pasos más pequeños pueden sentirse gigantescos, y que el mundo exterior puede ser un lugar tanto de maravilla como de miedo.

Pero hay momentos en que la vida susurra una invitación imposible de ignorar: salir, enfrentarse al vértigo del aire libre y atravesar las puertas que hasta hoy parecían cerradas. Corina nos recuerda que la valentía no siempre se mide en gestos grandiosos, sino en la decisión de dar un paso, aunque las piernas tiemblen y el corazón se agite.

La película mexicana Corina , dirigida por Urzula Barba Hopfne

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