Existe en el medio rural una especie de ley no escrita, pero no por ello menos real, de que 'en los pueblos se vota a la persona, no al partido' . Y es que cuanto menos votantes haya en unos comicios, más relevancia adquiere la relación del candidato con los vecinos, y no tanto las siglas bajos las que se presente. A la hora de elegir un representante, el factor humano tiene un papel trascendental.
Ha ocurrido, no en pocas ocasiones, que una personas que ya gozaba anteriormente de notoriedad pública ha aprovechado su fama para presentarse a unos comicios y ganarlos con amplia mayoría. Mientras que muchos de esos casos son conocidos, existen ejemplos mucho más excéntricos de candidatos que fueron elegidos pero que, curiosamente, pertenecían a otra especie .
Un gato fue alcalde por más