Elon Musk tiene un historial de hacer promesas de entregar rápidamente avances tecnológicos, solo para que luego terminen demorando más de lo previsto o no se materialicen.

Entre ellas se encuentran sus promesas de vehículos autónomos o túneles bajo Los Ángeles para resolver la congestión vehicular. Ahora, algunos funcionarios del gobierno federal temen que sus promesas de aterrizar astronautas en la Luna sufran retrasos similares.

Es por eso que uno de los contratos federales más grandes que Musk haya conseguido jamás está ahora bajo intenso escrutinio: un acuerdo multimillonario con la NASA para esta misión tripulada a la Luna, la primera en más de cinco décadas.

El plan de invitar a empresas privadas a desarrollar un módulo lunar para la NASA se inició con gran fanfarria durante el p

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