Siempre me interesa hablar de cómo se construyen los vínculos en territorios que parecen ajenos, pero que con el tiempo se convierten en propios”, dice Daniel Burman, director y productor que estrena Un mundo imaginado, adaptación de la novela de Claudia Piñeiro para Netflix. La serie traslada el pulso del western al norte argentino, un territorio indeterminado donde la política, la memoria y la pertenencia se mezclan con la intimidad familiar. Burman, quien ya exploró identidades y vínculos en películas como El abrazo partido y El reino, encuentra aquí un laboratorio narrativo: un paisaje árido, cargado de historia y conflicto, que condiciona la vida de los personajes y pone en tensión lo privado y lo público. La serie propone un “western burocrático”, donde la geografía funciona como esp
Daniel Burman:“El cine siempre dialoga con la coyuntura”

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