Muchos de nosotros aprendimos primeras lecciones de genética a través de guisantes y del color de ojos. Pero hay más ciencia a la hora de explicar el color que adquieren nuestros ojos. En ello no solo interviene la física sino también una biología algo más compleja de lo que creíamos en un principio.
La naturaleza y el azul. El color azul no es uno de los más frecuentes en la naturaleza. Quizás por eso nos resulten llamativas las excepciones como las flores de este color, los plumajes de algunas aves o las alas de ciertos insectos.
Un motivo está en la optimización de recursos. Los pigmentos azules son moléculas que reflejan la luz en determinados segmentos del espectro electromagnético, los propios de los tonos azules, dando color así a un objeto.
El problema con estas moléculas e