Moscú Cuando Rusia fue expulsada de Eurovisión tras invadir Ucrania, Moscú acusó al festival de haber sucumbido a la politización. Tres años después, Vladimir Putin quiso realizar Intervisión, una versión alternativa al festival de las radiotelevisiones europeas, en un escaparate de su concepción del mundo: multipolar, conservador y con un Occidente cada vez más aislado. La guinda del pastel de esta jugada debía ser la presencia de Estados Unidos, publicitada a bombo y platillo, pero cuando este sábado por la noche llegó el turno de la representante estadounidense el carro fue para pedrisco de forma inesperada.

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