Cualquiera que hubiera venido de otro mundo y hubiera aterrizado en el State Farm Stadium de Arizona habría pensado que se encontraba en medio de un akelarre de una secta ultrarreligiosa y ultraconservadora. Lo que seguramente no podría imaginar esa persona de otro mundo es que en el State Farm Stadium se encontraba medio gobierno del país más poderoso del mundo, EEUU, con su presidente a la cabeza, Donald Trump, celebrando un funeral en recuerdo al activista ultra asesinado Charlie Kirk.

“Dios”, “diablo”, “mártir”, “martirio”, “sacrificio de Dios”, “salvación”, “resurrección”, “poder superior”, “armadura de dios”.... “¿Estáis preparados para continuar la misión?”, preguntaba el comentarista ultra Jack Posobiec a los casi 80.000 que abarrotaban el estadio –y otros muchos que se quedaron fuera sin poder entrar–: “Entonces, ¡ponte la armadura de Dios! ¡Hazlo ahora! ¡Ahora es el momento! Este es el punto de inflexión... ¡Por Charlie!. ¡Nunca permitiremos que la izquierda, los medios de comunicación o los demócratas olviden el nombre de Charlie Kirk!”

En lo que parecía ser casi una competición para ver quién decía la frase más grandilocuente, Stephen Miller, adjunto a la jefatura de Gabinete de Trump, una de las personas más representativas del trumpismo en el Gobierno, ha dicho: “¿Creísteis que podíais matar a Charlie Kirk? Lo hicisteis inmortal... ¡Ahora millones continuarán su legado!”

Y Benny Johnson, otro comentarista nacional-cristiano, ha dicho en su discurso: “”Los gobernantes blanden la espada para proteger a los buenos y aterrorizar a los malvados. Recemos para que nuestros gobernantes aquí blandan la espada por los malvados de nuestra nación en recuedo de Charlie. Charlie es un mártir en la verdadera tradición cristiana“.

Turninp Point USA es el nombre de la organización MAGA fundada por el activista y comentarista ultra Charlie Kirk. Y, 11 días después de su asesinato, Estados Unidos parece encontrarse, efectivamente, en un turning point, en un punto de inflexión, marcado por una ofensiva del presidente de EEUU, Donald Trump, para redefinir Estados Unidos de acuerdo con su agenda ultra.

Así, desde el pasado 10 de septiembre cuando un disparo acabó con la vida de Kirk, con 31 años, el presidente de EEUU se ha dedicado a culpar a la izquierda del asesinato, lo que, de acuerdo con su relato, está derivando en consecuencias definitivas para el espacio político y mediático.

El presidente de EEUU, Donald Trump,, asiste al servicio conmemorativo de Charlie Kirk, en el State Farm, el 21 de septiembre de 2025 en Glendale, Arizona

En efecto, Trump ha anunciado la designación de Antifa como organización terrorista –a pesar de que no existe como tal organización ni se conocen atentados terroristas atribuidos a Antifa–; ha señalado a George Soros y la Open Society Foundations de financiar actos de violencia, sin ninguna prueba; culpa a los medios de izquierda de incitar a la violencia, hasta el punto de anunciar la persecución del “discurso de odio”, a pesar de no estar tipificado en EEUU y está protegido por la Primera Enmienda; está insultando a los periodistas en el Despacho Oval; ha presentado una demanda de 15.000 millones de dólares contra el New York Times, desestimada por un juez federal; ha provocado la “suspensión indefinida” del programa de Jimmy Kimmel en la ABC, al tiempo que ha amenazado con retirar las licencias a las televisiones no dóciles.

Steve Bannon, que a menudo anticipa y da contexto a muchas decisiones de la Casa Blanca, decía estos días al hilo de la cancelación de Jimmy Kimmel: “”Estamos haciendo limpieza en estas empresas de medios“. Y añade: ”McCarthy [senador de la caza de brujas anticomunista] tenía toda la razón con respecto al gobierno de Roosevelt, estaba plagado e infestado de agentes de la KGB. Tenemos que desmontar esto, ladrillo a ladrillo. El FBI y el DHS ya están en eso, y en breve se va a firmar [por Trump] una orden ejecutiva sobre Antifa. Están nerviosos. Se están meando porque saben que tienen co-conspiradores. Ahora que encontrar las pruebas, por eso las herramientas de la designación como terroristas internos es tan poderosa“.

Y todo esto en menos de dos además. Pero no sólo: también ha informado de más ejecuciones extrajudiciales en el Caribe con el hundimiento de supuestas narcolanchas; ha reconfigurado la fiscalía de Virginia y ha presionado a la fiscal general, Pam Bondi, para perseguir rivales políticos; ha amenazado al Gobierno talibán de Afganistán con “consecuencias incalculables” si no le entregan la base de Bagram; y ha amenazado a Venezuela por los migrantes que hay en EEUU.

Además de todo ello, Trump justificaba este jueves en Reino Unido el genocidio en Gaza. “Hay gente que olvida el 7 de octubre, yo no lo olvido”, decía.

Con todo este contexto, el presidente de EEUU ha viajado este domingo, con buena parte de su Gobierno, al funeral multitudinario de Kirk en el State Farm Stadium, el campo del equipo de la NFL Arizona Cardinals, en Phoenix, donde estaba la sede de Turning Point, la organización fundada por el activista y comentarista MAGA. En el estadio, desde primera hora se iban agolpando miles de personas con bandas de música amenizando la espera.

Las medidas de seguridad han sido muy elevadas, como si se tratara de una Super Bowl, el acontecimiento multitudinario más vigilado en EEUU.

Y al salir de la Casa Blanca, ha dicho: “Vamos a celebrar hoy la vida de un gran hombre, un hombre joven, pero un gran hombre. Queremos verlo como un momento sanador. Es increíble que algo como esto haya podido suceder. Así que tendremos un día muy duro. Les voy a dar mi cariño. No hay nada más que decir. Ha tenido una influencia tremenda, fue un joven que hizo un trabajo tremendo y conquistó a los jóvenes porque lo querían. Si nos remontamos diez años atrás, esas universidades eran lugares peligrosos para los conservadores. Y ahora es al contrario”.