No es sólo en España donde las amas de casa, y también muchos amos, se quejan del aumento del precio de la compra. La inflación es algo más que un término económico siempre temible. Los productos básicos para una familia se han disparado en los últimos meses sin que hasta ahora se hayan explicado los motivos.
Lo cierto es que han subido una barbaridad y, lo peor, que todavía no se han estabilizado. Esperemos que no vayamos a recuperar aquella iniciativa argentina que las 'subas', como se dice allí, eran tan rápidas que los supermercados cerraban al medio día para marcar los nuevos precios de sus ofertas por las tardes.
El problema es que afecta a unas compras imprescindibles para seguir viviendo. Y que nadie piense que es sólo en España, donde últimamente se acumulan tantos males, donde