El día comenzó soleado en Toluca, pero el clima político era distinto al de otros tiempos. Los alrededores del Congreso local no se llenaron de alfombras rojas ni de protocolos interminables, sino de maestros con banderas en mano que lanzaban un mismo grito: “¡Gobernadora, gobernadora!”. Delfina Gómez llegó puntual, vestida de negro, acompañada de su secretario de Gobierno. Con un gesto sobrio entregó su Segundo Informe al Congreso y se limitó a una frase que contrastaba con la retórica de antaño: “Rindo cuentas con honestidad y transparencia”.
La escena se repitió unas calles más adelante, pero con mayor fuerza. Eran las 12:19 cuando Delfina Gómez ingresó al Teatro Morelos. Afuera, la multitud se multiplicaba entre paraguas, consignas y curiosidad. Adentro, la Orquesta Filarmónica del Es