Donald Trump ha generado controversia al afirmar que el paracetamol, conocido como Tylenol en Estados Unidos, puede estar relacionado con un aumento del riesgo de autismo en niños nacidos de mujeres que lo consumieron durante el embarazo. Durante una reciente conferencia, el expresidente repitió esta afirmación más de diez veces, sin presentar evidencia científica que la respalde.

El doctor Alberto Fernández-Jaén, jefe de Servicio de Neurología Infantil en el Hospital Quirón Salud de Madrid, desmintió rotundamente estas declaraciones. En una entrevista, afirmó: "En absoluto, de hecho, todo lo contrario. Estudios epidemiológicos recientes en Japón y Suecia, con más de dos millones y medio de familias, demuestran que no hay relación entre paracetamol durante la gestación y autismo".

La comunidad científica ha reaccionado de manera contundente. La profesora Monique Botha, de la Universidad de Durham, también subrayó que no existe un efecto causal del paracetamol en el autismo. "El más importante fue un estudio sueco de 2,4 millones de nacimientos (1995-2019) publicado en 2024, que utilizó datos reales de hermanos y no encontró ninguna relación entre la exposición al paracetamol en el útero y el autismo", explicó.

Además, el profesor Dimitrios Siassakos, del University College London, enfatizó que el historial familiar es lo que realmente importa en el diagnóstico del autismo, no el uso de paracetamol. "Centrarse indebidamente en el paracetamol podría impedir que las familias utilicen uno de los medicamentos más seguros para el embarazo cuando lo necesitan", añadió.

Desde la Confederación Autismo España, se ha rechazado firmemente las afirmaciones de Trump, señalando que carecen de toda evidencia científica. Un informe de Johns Hopkins también indica que el aumento en los diagnósticos de autismo en las últimas dos décadas se debe a cambios en la definición clínica y a una mayor sensibilización social, no a un incremento real de casos.

Carlos Fernández, del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, destacó que "no existe evidencia científica suficiente" que demuestre que el uso racional del paracetamol durante el embarazo cause autismo. Aseguró que, aunque hay estudios que sugieren una asociación, también existen otros más sólidos que demuestran lo contrario.

La comunidad médica insiste en que el paracetamol debe usarse durante el embarazo solo cuando sea necesario y bajo supervisión médica. Suspender su uso sin alternativas seguras podría suponer riesgos tanto para la madre como para el feto. En resumen, las afirmaciones de Trump han sido desmentidas por múltiples expertos, quienes advierten sobre el alarmismo que generan tales declaraciones.