
Los hornos, las sartenes y hasta un simple vaso de agua dejan de funcionar de la forma habitual en microgravedad. En la Estación Espacial Internacional , cualquier intento de cocinar se complica porque los líquidos flotan, los aceites se dispersan y los alimentos deben mantenerse en envases herméticos.
Por eso el espacio no es la mejor cocina , ya que la seguridad obliga a diseñar menús liofilizados, conservados al vacío y fáciles de rehidratar. De esta manera, la planificación de cada comida busca evitar derrames, mantener la limpieza y garantizar que los tripulantes obtengan los nutrientes necesarios. En medio de esas limitaciones surgió la idea de preparar sushi con los ingredientes disponibles a bordo .
Una fotografía difundida por la NASA convirtió un simple plato en tema de conversación mundial
La NASA difundió una imagen captada en la estación que mostraba ese experimento gastronómico, lo que generó una avalancha de comentarios en redes sociales. La foto mostraba un intento de sushi elaborado por astronautas con lo que tenían a mano , en un contexto que convirtió la cocina en un reto creativo más que en una práctica convencional.
Los tripulantes recurrieron a soluciones poco ortodoxas para evitar que los objetos flotaran. La cinta de doble cara , habitual en los vídeos de la estación, se utilizó para fijar bandejas, utensilios y hasta pequeños envases de condimentos. Esa herramienta resultó tan esencial como el propio arroz o el pescado a la hora de improvisar el plato.
La alimentación en órbita siempre ha tenido un componente psicológico. La agencia espacial ha insistido en que la variedad y el disfrute de la comida ayudan a sobrellevar misiones prolongadas . Un astronauta confesó que echaba de menos el sushi, y ese comentario impulsó a sus compañeros a buscar entre sus provisiones personales hasta reunir los elementos básicos.
El resultado fue un plato curioso formado por arroz precocido, pescado en conserva, una loncha de carne enlatada y un toque de pasta picante y wasabi . La humedad ambiental ayudó a que todo se mantuviera unido, aunque sin la elegancia de un roll tradicional.
No era la primera ocasión en que se intentaba recrear esa receta. Años antes, el japonés Soichi Noguchi había grabado un vídeo en el que se ponía un gorro de cocinero para preparar piezas con atún, nori y vieiras congeladas transportadas con ese propósito.
La convivencia en el espacio se refuerza gracias a gestos que recuerdan a la vida en la Tierra
En este caso, la motivación fue sobre todo emocional . Compartir un plato con cierto sabor familiar contribuyó a reforzar la amistad y a mitigar la sensación de distancia respecto a la Tierra. Tal y como relató Jonny Kim en X, “el resultado fue una comida estupenda”.
Ese esfuerzo culinario se enmarca en un lugar único. La Estación Espacial Internacional, con un valor estimado en 100.000 millones de dólares, ha estado habitada de forma continua desde noviembre de 2000 y simboliza la cooperación entre agencias .
Mientras se debate el futuro de las plataformas orbitales, con Rusia y empresas privadas preparando proyectos alternativos, la ISS mantiene vivo ese espíritu de fraternidad, visible también en pequeños gestos cotidianos como cocinar.
El sushi y el ramen forman parte esencial de la identidad culinaria japonesa. El primero nació como método de conservación y terminó convertido en icono global, el segundo llegó desde China y hoy es costumbre en cualquier mesa nipona. En ese cruce cultural, los astronautas decidieron elaborar su particular versión del sushi, aunque fuera con arroz suelto y lonchas flotantes.
El aspecto final puede hacer sonreír a cualquiera, pero lo cierto es que en la estación se celebró como si se tratara de un menú de cinco estrellas.