La provincia vallisoletana, corazón de Castilla La Vieja, cuenta con un buen puñado de fortificaciones muy bien conservadas que se alzan sobre el horizonte de la meseta. A continuación, una decena de las más representativas y que merece la pena visitar, al menos, una vez en la vida.
El castillo alzado sobre una antigua fortaleza árabe que guarda casi toda la historia de la España imperial
Fuensaldaña
Perteneciente a la denominada Escuela de Valladolid, correspondiente al estilo de fortificaciones de la segunda mitad del siglo XV y que se caracterizan por sus plantas cuadradas y sus grandes torres del homenaje. Este castillo comenzó a edificarse en el siglo XIII, pero es dos siglos más tarde cuando adquiere su actual aspecto, como residencia señorial de la familia Vivero. Hoy es un centr