Los gobiernos y la sociedad civil de distintas partes del mundo dirigen cada vez más esfuerzos hacia Palestina , en campañas públicas, programas de cooperación y gestos institucionales que muestran una solidaridad creciente. Esa corriente se plasma en ciudades que movilizan recursos, en ciudadanos que apoyan con donaciones y en centros culturales que organizan actividades de sensibilización.

El interés internacional, visible tanto en organismos multilaterales como en asociaciones de proximidad, se ha convertido en un marco fértil para que iniciativas más ambiciosas encuentren apoyo . En ese contexto de respaldo, Barcelona ha decidido dar un paso simbólico y práctico que la vincula de manera directa con la población palestina.

El Distrito 11 regresa como herramienta para impulsar proyectos en Gaza y otras ciudades

El alcalde Jaume Collboni presentó la reactivación del llamado Distrito 11 , un instrumento nacido en los años 90 para responder a la devastación de Sarajevo y que ahora se aplicará a Gaza y a las ciudades palestinas. Su objetivo consiste en poner en marcha un equipo estable de especialistas del Ayuntamiento de Barcelona que trabajen en proyectos de urbanismo, salud, accesibilidad y educación tanto en territorio palestino como en la propia capital catalana a través de programas de formación.

Ese plan cuenta con un presupuesto inicial de 1,5 millones de euros y se articula en torno a tres líneas de acción complementarias. Por un lado, la colaboración con organismos multilaterales como la UNRWA , que operan en primera línea de la emergencia humanitaria. Por otro, el impulso de cooperación técnica de ciudad a ciudad , con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional. Y, finalmente, la colaboración con ONG y entidades sociales que ya trabajan en la zona y que aportan su experiencia en proyectos sobre el terreno.

Barcelona firmará convenios con distintas localidades palestinas y con campamentos de refugiados en Jordania

La estructura ejecutiva del nuevo distrito recaerá en la segunda teniente de alcaldía Maria Eugènia Gay , mientras que el comité asesor lo presidirá Manel Vila , con trayectoria en cooperación internacional y responsable del Distrito Sarajevo en la década de 1990. El comité inicial reúne a unas 40 entidades , entre ellas la comunidad Palestina en Catalunya, Lafede, la UNRWA y la Universitat de Barcelona.

La experiencia de Sarajevo funciona como referencia. En 1995, el entonces alcalde Pasqual Maragall impulsó el primer Distrito 11 para canalizar la ayuda hacia la capital bosnia. Aquel modelo permitió rehabilitar barrios, reabrir instalaciones deportivas y formalizar un hermanamiento que culminó en el año 2000. Tres décadas más tarde, Barcelona retoma esa lógica con una nueva aplicación, dirigida ahora a Palestina.

Los acuerdos con Ramala, Belén y Gaza abrirán la puerta a colaboraciones estables

Las ciudades que participarán en esta iniciativa serán Gaza, Ramala y Belén , junto con varios campamentos de refugiados situados en Jordania. El primer acuerdo se firmará con Ramala el 15 de octubre y está previsto que se cierren otros convenios con Belén, Nablus y Ammán. Estos pactos sentarán las bases para proyectos de planificación urbana y servicios básicos , al mismo tiempo que fortalecerán la relación institucional entre Cataluña y Palestina.

El embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed, agradeció el compromiso de Barcelona y lo calificó de acción valiosa por su claridad y valentía. A través de mensajes en vídeo, los alcaldes de Ramala, Belén y Gaza también expresaron su gratitud , subrayando la continuidad de la solidaridad catalana con el pueblo palestino.

El alcalde Jaume Collboni presentó la reactivación de una estructura creada en los años noventa

El propio Collboni había viajado previamente a Jordania, donde visitó almacenes de ayuda humanitaria y campos de refugiados cercanos a Ammán. Allí pudo comprobar las dificultades de acceso a Gaza , ya que las autoridades israelíes vetaron su entrada. Esa limitación no frenó el anuncio de que Barcelona duplicará su aportación a la UNRWA , que pasará de 200.000 a 400.000 euros anuales destinados a alimentación, medicinas y apoyo al personal sanitario en la Franja.

El despliegue de técnicos, los convenios bilaterales y el refuerzo de la financiación constituyen un entramado de acciones que conectan la política local de Barcelona con la situación palestina . Esa suma de compromisos dibuja un proyecto de largo recorrido, en el que la cooperación ciudad a ciudad se plantea como vía para preparar la reconstrucción futura. El mensaje final que deja esta apuesta es sencillo: Barcelona quiere estar en el lugar donde su presencia aporte algo más que palabras.