Esta semana se celebró la asamblea anual de la Organización de las Naciones Unidas, ocasión en que se reúnen los presidentes del mundo para dar su visión del mundo y tratar de explicar cómo es que gira al revés. Se supone que los caballeros que disertan son estadistas, que van a discutir cuestiones de Estado. Pero en los tiempos que corren no hay que dar nada por sentado ni por supuesto, de hecho mejor no dar nada a secas. Por sobre todas las cosas, no hay que dar ni dos centavos por esta nueva raza de líderes mundiales que inauguró el agente naranja, Donald Trump.
Problemas.
Es divertido, incluso a veces necesario, salirse un poco de las reglas de vez en cuando. Pero romper todas las normas establecidas a la vez no puede conducir a ningún resultado positivo. Su único efecto puede ser ge