CARACAS, Venezuela — En un rincón de la capital de Venezuela, cientos de partidarios del gobierno apuntaban sus armas al pecho, mientras un orador tras otro, micrófono en mano, los instaba a defender la nación con sus vidas.
En otro rincón, empresarios y diplomáticos estaban preocupados por la escalada de tensiones entre Venezuela y Estados Unidos, por lo que ven como una oportunidad perdida de diálogo entre los dos países y por la posibilidad de un ataque estadounidense que podría desatar derramamiento de sangre y caos.
Una calle concurrida durante la hora punta en Caracas. Foto de Adriana Loureiro Fernández para The New York Times.
Sin embargo, en otras partes de la capital, Caracas, había una calma agobiada por la batalla y escepticismo respecto de que alguna vez habrá un cambio