Un estudio reciente publicado en la Revista de Fisiología Aplicada revela que la deshidratación puede aumentar la reactividad del cortisol durante eventos estresantes, lo que potencialmente afecta la salud a largo plazo. Los investigadores encontraron que una ingesta habitual de líquidos por debajo de lo recomendado se asocia con una reactividad más alta del cortisol en situaciones de estrés psicosocial.

La falta de hidratación a menudo se manifiesta por una orina más oscura y concentrada, y una menor producción de orina. Las investigaciones han asociado la ingesta baja habitual de líquidos con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, renales y cardiovasculares.

La ingesta baja crónica de agua puede aumentar los niveles de hormonas reguladoras del agua, como la arginina vasopresi

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