**Cárteles reclutan jóvenes en EE.UU. a través de redes sociales**
A los 20 años, una madre soltera de Phoenix se encontró en una situación desesperada. Tras dar a luz, luchaba por cubrir sus gastos básicos y continuar sus estudios en psicología. Una noche, una publicación en Snapchat prometía una solución: “De US$ 5.000 a US$ 10.000 en un día, avísame”. Intrigada, deslizó el dedo hacia arriba y comenzó a preguntar sobre la oferta. La respuesta fue que necesitaban conductores para recoger migrantes. Sin coche ni licencia, inicialmente se sintió incapaz de participar, pero la idea del dinero fácil la llevó a reconsiderar.
Una semana después, su amiga, que sí tenía coche, se ofreció a ayudar. Juntas, decidieron dividir las ganancias. La amiga condujo hacia el sur, recogió a un grupo de migrantes y regresó. Esa noche, un desconocido le entregó un fajo de billetes. Sin saberlo, la joven se había involucrado en el tráfico de migrantes, reclutada por un cártel mexicano a través de las redes sociales. Este caso ilustra cómo los cárteles están ampliando su alcance en EE.UU., utilizando plataformas digitales para atraer a jóvenes vulnerables.
Durante meses, la joven compartió en su historia de Snapchat el mismo mensaje de reclutamiento, ayudando a atraer a decenas de conductores que transportaron a casi 100 migrantes hacia el norte. Sin embargo, los riesgos se hicieron evidentes cuando uno de los conductores fue detenido. Recibió un mensaje de advertencia de un contacto en Snapchat, lo que la llevó a darse cuenta de la gravedad de su situación. A pesar de esto, continuó involucrándose, impulsada por la atracción del dinero fácil.
Finalmente, fue arrestada y se declaró culpable de los cargos relacionados con su papel como reclutadora. A pesar de su liberación, nunca supo quién estaba detrás de la cuenta que la contactó. Expertos sugieren que probablemente estaba en contacto con un agente del Cártel de Sinaloa, que controla las rutas de contrabando en Arizona.
La investigación de CNN, que duró seis meses, reveló que las redes sociales son un terreno fértil para el reclutamiento de jóvenes. Se analizaron cientos de publicaciones en plataformas como Facebook, TikTok y Snapchat, donde se ofrecían trabajos delictivos. Los reclutados suelen ser jóvenes de entre 18 y 25 años, sin un perfil definido, lo que incluye desde estudiantes hasta personas con antecedentes penales.
Las autoridades han señalado que las empresas tecnológicas colaboran ocasionalmente con la policía para desmantelar estas cuentas. La DEA trabaja con varias plataformas para combatir el narcotráfico, aunque la respuesta de algunas empresas ha sido menos efectiva. TikTok, por ejemplo, afirma haber eliminado el 95,6% del contenido que infringe sus políticas sobre el tráfico de personas. Snapchat también ha implementado sistemas de detección para combatir este problema.
Los expertos advierten que muchos de los reclutados, como la joven de Phoenix, son personas desesperadas que ven en estas ofertas una salida a su situación. Vicki Brambl, defensora pública en Tucson, destaca que factores como el consumo de drogas o haber crecido en hogares de bajos ingresos aumentan el riesgo de involucrarse en el contrabando. En este contexto, los cárteles continúan aprovechando la vulnerabilidad de los jóvenes a través de las redes sociales, convirtiendo plataformas digitales en herramientas para el reclutamiento y la explotación.