Recientemente, las autoridades locales de Taiwán y sus “aliados” volvieron a difundir la falacia de “estatus indeciso de Taiwán” y de que la parte continental de China “distorsiona” documentos de la II Guerra Mundial como la Declaración de El Cairo, la Proclamación de Potsdam y el Tratado de San Francisco, clamando que “China y Taiwán no se pertenecen la una a la otra”, en intentona de confundir al público, desafiar la autoridad de la ONU y el orden internacional de la posguerra, poniendo en peligro la paz y la estabilidad de la región de Asia-Pacífico y del mundo.
Para abordar el estatus de Taiwán, hay que repasar la historia.
Taiwán ha sido desde la antigüedad parte inalienable del territorio de China. En 1895, Japón obligó al derrotado gobierno de la dinastía Qing a firmar el desigual