El picor es una de las cosas que más cuesta ignorar. Según explica Boticaria García, puede tener muchas causas: desde alergias o picaduras hasta la sequedad de la piel o cambios de temperatura. En muchos casos, la histamina , una sustancia que liberan ciertas células, es la responsable de activar las fibras nerviosas que avisan al cerebro.

Cuando nos rascamos, interrumpimos esa señal con otra más rápida, la del dolor o placer leve del rascado. El cerebro prioriza esta nueva sensación y actúa como si apagase el picor por un momento. El problema viene cuando nos pasamos: la piel se irrita, se libera más histamina y el ciclo empieza de nuevo.

Rascarse resulta placentero porque activa los centros de recompensa del cerebro, pero ese alivio es solo temporal . Cuanto más rascamos, más

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