En M orton, Illinois , un pequeño pueblo de Estados Unidos, las calabazas se convirtieron en el eje de una transformación económica. Cada septiembre, la comunidad se viste de fiesta con desfiles , escaparates temáticos y puestos gastronómicos que ofrecen desde panqueques hasta helado de calabaza, generando un atractivo turístico que moviliza a miles de visitantes.
De acuerdo con The Hustle , el centenario de la fábrica de conservas Libby’s refuerza este fenómeno, ya que la planta sigue siendo un motor económico que da empleo a unas 200 personas y dinamiza la economía local . Este arraigo industrial consolidó a Morton como la capital mundial de la calabaza y como ejemplo de cómo un recurso agrícola puede convertirse en identidad cultural.
En consecuencia, Morton encontró en la