CIUDAD DE MÉXICO.- Durante años, el párkinson se estudió a partir de sus síntomas visibles —como los temblores, la rigidez o la lentitud de movimientos— y de las huellas que deja en el cerebro: los cuerpos de Lewy. Estos depósitos de proteína aparecen cuando la enfermedad ya está avanzada.

Sin embargo, la comunidad científica sospechaba que existían señales más tempranas, diminutas acumulaciones que podrían iniciar la neurodegeneración mucho antes de que los pacientes mostraran síntomas. Esa hipótesis acaba de confirmarse: un equipo internacional visualizó directamente en tejido cerebral humano post mortem los oligómeros de alfa-sinucleína, cúmulos pequeños de proteína considerados los impulsores iniciales del párkinson.

El hallazgo, publicado en Nature Biomedical Engineering ,

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