En Moscú, Rusia, un adolescente de 15 años, identificado como Maxim, fue sometido a una cirugía en el Centro Médico Europeo para corregir un problema renal que le generaba reflujo de orina. Durante el procedimiento, los médicos conectaron su uréter a la vejiga y retiraron un tubo de drenaje un mes después.

Horas después de la operación, el joven presentó dolor intenso en el costado y un aumento repentino de la presión arterial. Según el testimonio de la madre, el personal médico restó importancia a los síntomas y autorizó el alta hospitalaria para continuar con el tratamiento en casa .

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El dolor no cedió con el paso de las semanas. Por el contrario, se intensificó hasta el punto de impedirle

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