El Gobierno andaluz de Juan Manuel Moreno calcula ahora que son 2.000 las mujeres con un diagnóstico previo “no concluyente” de cáncer de mama pendientes de que las llamen para confirmar o descartar la enfermedad.

Las cifras que ha confirmado este jueves el Servicio Andaluz de Salud (SAS) redimensionan el problema que una decena de mujeres afectadas hizo público la semana pasada, y que ya han denunciado ante la Fiscalía. La consejera de Salud, Rocío Hernández, admitió desde el principio “errores” en el protocolo de cribado de cáncer, que atiende al año a casi medio millón de mujeres, pero minimizó su importancia porque se trataba de “cuatro casos aislados”.

Hernández también les afeó públicamente que no hubieran informado al SAS de los retrasos en sus diagnósticos -en algunos casos de hasta dos años- antes de recurrir a los tribunales. La titular de Salud se ha reunido esta mañana con AMAMA, la asociación de mujeres con cáncer de mama que ha denunciado las demoras en el diagnóstico y en el tratamiento, y les ha anunciado que el SAS tiene localizadas ya a unas 2.000 mujeres, un dato adelantado por la Cadena Ser y confirmado por este periódico.

La sanidad andaluza realiza cribados para prevenir el cáncer de mama en un rango de población de los 49 a los 71 años. Cada año envía cartas a unas 500.000 mujeres en esta franja de edad para que se hagan la prueba y el 80% se la hace. Entre enero y agosto, por ejemplo, se detectaron a tiempo unos 1.800 cáncer de mama. El cribado puede dar tres resultados: “positivo”, “negativo” y “lesiones dudosas” o “no concluyentes”.

Las denuncias de las mujeres con cáncer de mama que ha puesto en un brete al Gobierno de Moreno -y en especial a la consejera de Salud- se sitúan en esta tercera categoría: son mujeres que recibieron un primer diagnóstico “lesivo no concluyente” y que estaban pendientes de una nueva cita para confirmar o descartar la enfermedad. Fuentes del SAS aseguran que el 98% de esas pruebas dudosas terminan confirmándose como negativas o con un tumor “no maligno”.

Entre las 2.000 mujeres que se enfrentan a esa incertidumbre, sólo el 2% podría encontrarse con la confirmación de un cáncer de mama que requiera una intervención más urgente, según los cálculos del SAS. Cuando el diagnóstico es positivo o negativo, se informa del resultado a la paciente, pero cuando la prueba no es concluyente, “las mujeres pueden no haber sido informadas de que su caso sigue un procedimiento clínico con supervisión médica”.

La consejera ha ordenado que empiecen a llamar a estas 2.000 mujeres, una a una, desde hoy mismo para asegurar un diagnóstico más preciso. El objetivo es que “sean informadas en el primer momento y no sólo al llamarlas para una segunda cita”, evitando someterlas a un periodo indeterminado de incertidumbre y miedo sin saber si el cáncer es maligno o benigno.

Oposición y sindicatos piden la dimisión de la consejera

Todo este asunto ha cobrado una dimensión política más grave, no sólo por los “errores” en el protocolo de prevención del cáncer que ya ha admitido el Gobierno andaluz y por los que ha pedido disculpas el propio presidente de la Junta.

La gestión política y de comunicación llevada a cabo por la consejera de Salud ha regalado dinamita a todos los partidos de la oposición, que han salido en tromba a pedir la dimisión de Hernández y exigir al presidente que dé explicaciones para controlar esta “alarma social”. También los sindicatos que representan a los sanitarios han empezado hoy a reclamar el cese de la consejera.

Después de que Hernández, durante una entrevista en la Cadena Ser, respondiese a las denuncias de las mujeres con cáncer de mama acusando de “manipulación” del sistema sanitario andaluz, el presidente de la Junta compareció tras un Consejo de Gobierno y tuvo que dar explicaciones, pedir disculpas y exigir a su consejera que “se afanase más” y que se “dedicase en cuerpo y alma” a solventar los “errores” en el protocolo de prevención.

Moreno descartó el cese de Hernández -“no está la Consejería de Salud para vaivenes ni gestión de crisis”- pero las palabras de la titular de Salud incendiaron aún más el fuego. Esa misma tarde debía comparecer en una comisión del Parlamento andaluz, donde acudieron las televisiones y las radios nacionales que habían empezado a cubrir el caso.

En el entorno del presidente de la Junta ya había un claro malestar por cómo Hernández suele gestionar las crisis políticas y de comunicación relacionadas con los problemas que afronta la sanidad andaluza, epicentro de todos los ataques de la oposición en esta legislatura. Fuentes del Gobierno aseguran que “no estuvo acertada” en la respuesta que dio el miércoles, mientras crecían los casos conocidos de mujeres con un diagnóstico tardío de cáncer de mama.

Hoy el SAS ha mandado un comunicado corrigiendo su propia evaluación de daños y desde el Palacio de San Telmo -sede de la Junta- también han intervenido en la gestión directa de la crisis. “Muchas de esas mujeres están informadas ya y conocen su situación, pero como no es obligatorio hacerlo, no consta en las historias clínicas quiénes han sido informadas y quienes no y, para asegurarnos, vamos a llamar a todas”, explican desde el Ejecutivo andaluz.

La Consejería de Salud reconoce una “falla” en el protocolo, un punto ciego que ha dejado a muchas mujeres en el limbo después de haber recibido la notificación de un posible cáncer de mama. El SAS ha creado un buzón de llamadas específico para mujeres en esta situación y asegura que ha empezado a contactar con ellas una a una.

“Se trata de evitar que, al recibir una llamada para segunda cita o revisión al cabo de meses o incluso un año después de la primera prueba, piensen que se ha tratado de un olvido o un error de gestión. Simplemente, nadie les había explicado que tres radiólogos habían examinado la primera prueba y, en base a las imágenes y a los factores de riesgo, habían decidido ese plazo para la revisión”, advierten desde el Gobierno andaluz.

El propio comunicado que ha enviado hoy el SAS admite que ese tiempo de espera -que estima hasta en un año- provoca en las mujeres pendientes del diagnóstico definitivo “alarma, intranquilidad y angustia”.

Esas llamadas que recibirán las 2.000 mujeres, que la consejera ha anunciado para solucionar cuanto antes los fallos en el protocolo de prevención, serán incorporadas al procedimiento como algo habitual a partir de ahora. Es algo que ya hacen algunos centros de salud y equipos médicos, pero no todos ni por norma. Al no ser obligatorio, no queda constancia en la historia clínica, “por lo que no es posible saber cuántas conocen su situación y cuántas no”.

Por eso el SAS va a llamarlas a todas y “en el plazo de una semana todas habrán sido informadas”.