La fragilidad define la última solución táctica del ejército ruso en Ucrania. Miles de vehículos todoterreno, concebidos para el ocio y la vida civil, se han desplegado en el frente con su total ausencia de blindaje como principal característica. Esta vulnerabilidad los convierte en un blanco fácil para el fuego de artillería, las armas ligeras y, sobre todo, para la amenaza constante de los drones que dominan el campo de batalla moderno. Cualquier impacto, por pequeño que sea, puede dejarlos inutilizados o destruirlos por completo. Esta exposición es particularmente crítica ante la proliferación de aparatos no tripulados cada vez más letales, como el que opera en la zona.
En concreto, se trata del modelo Desertcross 1000-3, de fabricación china. La compra de miles de estas unidades a l