
No había posibilidades reales de que las mociones de censura en el Parlamento Europeo contra la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se aprobasen, pero una vez más han puesto de manifiesto las debilidades de la gestión de la política alemana. Von der Leyen ya superó una moción de censura presentada por la ultraderecha el pasado julio con un tirón de orejas de los socios socialdemócratas y liberales. Este lunes se enfrentó a dos diferentes: una presentada por el grupo de ultraderecha Patriots y otra propuesta por el grupo La Izquierda. Aunque las mociones se votarán este jueves, Von der Leyen ya sabe que no prosperarán por el respaldo de su grupo, Partido Popular Europeo, y el apoyo condicionado de sus socios en la Comisión, Socialistas y Liberales.
Aunque Von der Leyen reconoció que las críticas “responden a una preocupación genuina y legítima” por cuestiones como Gaza, Ucrania, el comercio y el acuerdo comercial con Estados Unidos, les mandó un mensaje a sus socios en la Comisión, socialistas y liberales, advirtiendo que la utilización del mecanismo de moción de censura “es una trampa” que utilizan quienes buscan dividir a la UE.
Se volvió a repetir el esquema de la anterior moción de censura. Tanto socialistas como liberales recriminaron la falta de actuación y de medidas concretas. La presidenta del grupo socialista en la Eurocámara, Iratxe García, afirmó que el grupo respaldaría a Von der Leyen, pero volvió a advertir que su apoyo “no es incondicional”.
“Tendrán nuestro apoyo solo si cumplen las promesas acordadas. Queremos ver sus promesas en el programa de trabajo que la Comisión debe presentar en noviembre”, avisó Iratxe García.
El grupo de los liberales, Renew Europe, anunció que no votará a favor de las mociones, pero lanzó dudas sobre las formas de llevar la Comisión por parte de Von der Leyen. “No votaremos a favor, pero eso no significa que todo esté bien. Porque desde la primera moción de censura del pasado julio, no podemos decir que hayamos avanzado”, apuntó la jefa liberal Valérie Hayer. De hecho, la inactividad es una de las principales críticas que se le achaca a la presidenta de la Comisión.
Ante la falta de consenso en el seno de la Comisión, donde gobiernan en coalición populares, socialdemócratas y liberales, Hayer reclamó a Von der Leyen que cambie de estrategia: “La mayoría proeuropea que los eligió está fallando. Miren al centro”. Los liiberales ya llamaron la atención a Von der Leyen la pasada moción de censura cuando dudo se iniciar los contactos para formar gobierno con la ultraderecha.
Ante las críticas y señalamientos de los parlamentarios Von der Leyen se defendió a apelando a la unidad en tiempos de incertidumbre. “El mensaje más contundente que podemos enviar, en cambio, es el de la unidad. Ya sea trabajando en nuestra preparación para la defensa, construyendo nuestro escudo democrático, impulsando nuestra competitividad o creando empleos de calidad para todos en la economía moderna actual. En esto es en lo que debemos centrarnos. Y en esto es en lo que yo mismo, y todo el Colegio que me respalda, queremos trabajar con esta Cámara”, apunto la presidenta de la Comisión.
A pesar de que los grupos que han presentado las mociones son minoritarios en la Cámara, la realidad es que con solo 72 firmas de los 720 eurodiputados se puede plantear una moción cada dos meses. La ultraderecha, que ya lanzó en julio una moción se ha dado cuenta que consigue un protagonismo extra con este mecanismo de control parlamentario que parece se va a repetir constantemente esta legislatura.
De hecho, el jefe del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, comenzó señalando a Patriots y La Izquierda por utilizar el mecanismo de moción de censura. “Esta forma de actuar es un poco ridícula. Una moción de censura es una herramienta seria. La están utilizando como una simple herramienta de propaganda”, dijo.
En este sentido, la líder de los socialistas criticó la posición de La Izquierda por abandonar el diálogo sobre Gaza y convocar la moción. “Lo único que proponen es una moción que saben que fracasará, y que solo podría aprobarse con los votos de la extrema derecha. Ante los gritos vanos de la extrema derecha y una izquierda que ha renunciado a gobernar, nuestra respuesta es clara: el diálogo, la negociación y el compromiso son lo que da fruto y mejora la vida de los ciudadanos”.
El grupo de ultraderecha Patriots presentó su moción ya que la UE “es hoy más débil que nunca debido al persistente fracaso de la presidenta de la Comisión a la hora de hacer frente a los retos”, entre los que destacan la “alarmante situación de la seguridad ciudadana” o “el declive económico y social de Europa”. “La Comisión ha fracasado en todos los frentes: comercio, inmigración, competitividad y transparencia”, aseguró el presidente de grupo de ultraderecha, Jordan Bardella.
A pesar de la beligerancia de la ultraderecha, los eurodiputados de Patriots estaban más dedicados a echarse flores por la victoria de Andrej Babis en las elecciones checas que en una moción de censura que todos sabían que no iba a prosperar.
Mientras que el grupo La Izquierda planteó la moción por la “complicidad en el genocidio de Gaza, la sumisión a Trump y la imposición del acuerdo del Mercosur”. Según el grupo político donde se encuentra Podemos, Von der leyen “ha desmantelado el progreso ecológico de la UE, intenta imponer acuerdos de libre comercio desastrosos como el de Mercosur, firmó un acuerdo humillante con Estados Unidos, sin mandato de los Estados miembros y rechaza cualquier sanción contra Israel a pesar de sus crímenes de guerra y flagrantes violaciones del derecho internacional”.