La aceptación parcial del plan por parte de Hamás es lo más cerca que los negociadores han estado en los últimos meses de poner un fin definitivo a la guerra en Gaza, pero aún están lejos de llegar a un acuerdo

El mundo entero celebra el plan de Trump para Gaza: lecciones (no) aprendidas de los Acuerdos de Oslo

El mundo ha dado la bienvenida a la aceptación parcial este viernes, por parte de Hamás, del acuerdo para Gaza de Donald Trump. Es lo más cerca que han estado Israel y Hamás de poner fin a la guerra en dos años.

Con presencia de negociadores de Israel, EEUU, Hamás y otras partes palestinas, las negociaciones para limar las diferencias que aún existen sobre el plan han comenzado este lunes en El Cairo. A su favor, los equipos tienen una oleada de optimismo y de respaldo político, con los líderes israelíes, palestinos, árabes y estadounidenses pidiendo a las partes que lleguen a un acuerdo.

El mundo observa con atención para ver si finalmente estamos ante el principio del fin de la brutal ofensiva israelí en Gaza, durante la cual ha habido varias conversaciones de paz fallidas, han muerto más de 67.000 palestinos y han resultado heridos otros 170.000. Una cifra de muertos que se estima muy inferior a la realidad: el Ministerio de Sanidad de Gaza solo informa de los cadáveres recuperados, no de los miles que yacen bajo los escombros.

¿Cuánto falta para llegar a un acuerdo?

La aceptación parcial del plan de Trump por parte de Hamás es lo más cerca que los negociadores han estado en los últimos meses de poner un fin definitivo a la guerra en Gaza. Pero aún están lejos de cerrar un acuerdo.

La propuesta de 20 puntos de Trump para terminar la guerra estipula que Hamás libere a todos los rehenes en un plazo de 72 horas, entregue las armas y ceda el poder a una autoridad transnacional encabezada por él mismo. A cambio, Israel retiraría a sus soldados de la Franja de Gaza de manera gradual y devolvería la libertad a más de 1.000 palestinos presos.

El acuerdo también contempla un aumento en la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde la población de varias zonas sufre hambruna, así como fondos para la reconstrucción del territorio palestino, casi totalmente devastado.

Hamás solo ha aceptado tres de los 20 puntos: la liberación de todos los rehenes, la cesión del poder y la retirada de Gaza de los soldados israelíes. El resto del acuerdo tendrá que ser debatido junto a otra partes palestinas, ha explicado Hamás, argumentando que forma parte de una “postura nacional colectiva”.

En la práctica, eso significa que Hamás quiere seguir negociando las partes más espinosas del acuerdo del presidente de estadounidense. En especial, la petición de entregar las armas y el establecimiento de un calendario en firme para la retirada de los soldados israelíes.

¿Dónde y cuándo tendrán lugar las negociaciones?

Los negociadores han volado a El Cairo (Egipto) para ultimar los detalles que permitan salvar las diferencias entre Israel y Hamás. Las negociaciones han comenzado este lunes y los resultados, tanto positivos como negativos, se esperan para dentro de pocos días.

Trump publicó en la noche del sábado la imagen de un mapa de Gaza con la línea a la que deben retirarse los soldados israelíes. Si Hamás acepta, escribió, el alto el fuego comenzará de inmediato. El presidente de EEUU está ansioso por poner fin a esta guerra, que cumple ahora dos años, antes de que el comité del Nobel anuncie el nombre del galardonado con el premio de la Paz el próximo viernes. Según muchas informaciones, el Nobel se ha convertido en una obsesión para él.

Benjamín Netanyahu ha dicho que lo ideal sería que se alcanzase un acuerdo para traer de vuelta a los rehenes israelíes en los próximos días.

¿Qué diferencias quedan por allanar?

Tanto Hamás como Israel se están guardado cartas de cara a las negociaciones. En conversaciones de paz anteriores, Hamás se negó sistemáticamente a entregar las armas. En esta ocasión no ha dicho aún si ha cambiado o no de postura, aunque en principio está de acuerdo con el plan de Trump, siempre y cuando se cumplan algunas condiciones. Israel y Trump, por su lado, han dejado claro que en la cuestión del desarme hay poco margen de maniobra. En cualquier plan que se lleve adelante están decididos a forzar a Hamás a comprometerse con un lenguaje vinculante sobre este aspecto.

Hamás ha dicho que acepta ceder el poder en Gaza a un gobierno tecnocrático, tal y como se especifica en el plan de Trump. Pero en un comunicado, también especificó que debe ser palestino y no un órgano internacional como establece el presidente estadounidense.

Por su parte, Israel también ha tratado de mantener la ambigüedad en lo que se refiere a la retirada de los soldados. Apenas unas horas después de anunciar el plan de Trump durante una rueda de prensa conjunta en Washington, Netanyahu publicó un vídeo asegurando a los ciudadanos israelíes que las tropas permanecerán en la mayor parte de Gaza. La noche del sábado, el primer ministro israelí volvió a repetir que los soldados seguirán en Gaza y que los rehenes serán liberados con las Fuerzas de Defensa de Israel “en el interior de la Franja”.

La posición de Netanyahu parece contradecir el plan de Trump, donde se estipula que las tropas israelíes se retiren por completo de Gaza. Hamás buscará garantías de un repliegue completo de Israel y de que las fuerzas israelíes no volverán a entrar en la Franja cuando ellos hayan entregado sus armas.

Los negociadores tendrán que salvar estas diferencias y obtener de Hamás una declaración sin ambigüedades sobre la entrega de armas. También tendrán que demostrar a Hamás que Israel se retirará verdaderamente de Gaza y que habrá garantías internacionales para que Israel quede obligado a cumplir las cláusulas del acuerdo.

Las diferencias son salvables y no hay duda de que Estados Unidos va a ejercer presión sobre las dos partes para que lleguen a un acuerdo. Pero en los últimos dos años ya ha habido varias negociaciones cercanas a un acuerdo que luego fracasaron de repente. De ahí que las dos partes se muestren cautelosas y no celebren nada antes de que haya sido firmado.

Traducción de Francisco de Zárate.