Hansi Flick atraviesa su primera gran crisis como técnico culé. Las dos derrotas seguidas, ante PSG y Sevilla , han destapado todas las carencias defensivas. El alemán insiste en que la clave es “ falta de intensidad y calidad con la pelota ”, pero internamente el vestuario apunta a otra cosa: la ausencia de un líder atrás. Y todos saben que ese rol lo tenía Iñigo Martínez.
Un jugador al que el Barça dejó escapar gratis . Un error teniendo en cuenta que era uno de sus defensores más sólidos la temporada pasada. Se fue al Al-Nassr de Arabia Saudí sin dejar ni un euro en caja, pero llevándose consigo algo mucho más importante: liderazgo, experiencia y jerarquía defensiva . Con él, el equipo tenía orden, calma y una salida limpia de balón. Sin él, reina el desconcierto