El Gobierno de Sánchez se asemeja cada vez más a un Miura en el lance de recibir la última estocada. A medida que se acerca su final definitivo, intenta instintivamente defenderse, realiza extraños movimientos, da bocanadas con la boca abierta y emite ruidos que se asemejan a chasquidos o burbujeos. Al igual que ocurre con los toros, los estertores del Ejecutivo socialcomunista son más pronunciados a medida que el adiós definitivo se aproxima. Si fuera por el presidente, este final se produciría al agotarse la legislatura, porque Moncloa le procura una protección especial contra el aluvión judicial y policial que se ha echado encima de su entorno más cercano, pero es posible que ese aluvión precisamente lo precipite o que Sánchez decida programarlo antes, acelerarlo, ante el temor de que,
Los últimos estertores del sanchismo

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