Donald Trump ha vuelto al centro de la escena geopolítica mundial, no desde una cumbre diplomática tradicional, sino desde la plataforma Truth Social , donde anunció lo impensado: Hamas e Israel firmaron la primera fase de un plan de paz que implica la retirada de tropas, liberación de rehenes y reconstrucción civil en Gaza. El hecho recuerda aquellas instancias decisivas del siglo XX donde un liderazgo decidido rompió bloqueos aparentemente insalvables.

El plan: justicia, realismo y reconstrucción

El acuerdo —estructurado en 20 puntos — establece que los 48 rehenes en manos de Hamas serán liberados en un plazo de 72 horas , mientras Israel comenzará a replegar sus fuerzas a una línea previamente acordada. A cambio, Hamas deberá desarmarse progresivamente , recibiendo amnistía para sus combatientes que entreguen armas de forma voluntaria.

Una comisión internacional , encabezada por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair, supervisará la administración temporal de Gaza a través de un comité tecnocrático palestino , no partidista, encargado de restablecer los servicios básicos y preparar un plan de reconstrucción.

Reacciones desde ambos lados del conflicto

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu calificó la jornada como «un gran día para Israel» y expresó: «Gracias al presidente Trump y a los mediadores árabes, traeremos a nuestros héroes de regreso a casa». Por su parte, Hamas emitió un comunicado agradeciendo a Trump y comprometiéndose a «implementar todos los términos del acuerdo para terminar con la guerra y permitir la entrada de ayuda humanitaria».

Una arquitectura para la paz regional

Lejos de un acuerdo unilateral, el plan fue respaldado por Catar, Egipto y Turquía . La diplomacia musulmana moderada ha jugado aquí un papel esencial. En paralelo, 157 países miembros de Naciones Unidas , incluidos varios de Europa occidental, han expresado su apoyo.

La propuesta no contempla la anexión de Gaza por parte de Israel ni la expulsión forzosa de palestinos. Por el contrario, insta a una reconstrucción económica de la Franja liderada por expertos internacionales con experiencia en ciudades modelo del Golfo.

Trump y la diplomacia de los hechos

En su entrevista con Sean Hannity, Trump evocó las Escrituras: «Bienaventurados los pacificadores». A diferencia de otros liderazgos occidentales, su plan rehúye de utopías burocráticas. En cambio, propone una paz negociada, con incentivos y compromisos verificables .

Como en los Acuerdos de Abraham, Trump vuelve a desarticular el relato progresista que presenta a la paz como una entelequia gestionada por tecnócratas sin mandato. Aquí hay voluntad, autoridad y resultados concretos.

El precedente de 2020 y la legitimidad recuperada

Este acuerdo restituye el espíritu de los pactos firmados entre Israel y países árabes bajo su primera administración. Pero esta vez, el alcance es aún mayor: pone fin a la guerra más sangrienta en décadas en la región y devuelve el protagonismo a Estados Unidos como garante del orden internacional.

Un giro histórico

El acuerdo entre Israel y Hamas no solo representa un alto el fuego, sino una victoria moral y estratégica para Occidente. Donald Trump ha demostrado que la voluntad política, aliada con principios firmes , puede abrir caminos donde antes solo había escombros. En tiempos donde Europa vacila y las instituciones internacionales pierden credibilidad, este gesto devuelve a Estados Unidos su papel rector en el tablero mundial.

Referencias y fuentes