Miguel Ángel Rodríguez fue uno de los testigos más polémicos en pasar por el despacho del juez Ángel Hurtado en el Tribunal Supremo. Su declaración sirvió para revelar que había estado enterado en todo momento de la evolución del caso de fraude fiscal de Alberto González Amador y que el propio empresario le había dado permiso para divulgar entre decenas de periodistas un correo del fiscal que le investigaba. Reconoció también que no tenía pruebas cuando afirmó hace un año y medio que la Fiscalía había dejado de negociar con el empresario por “órdenes” de la cúpula: “Eso no es información, es que tengo el pelo blanco”.

El jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso faltó a la verdad cuando aseguró que elDiario.es no había contactado con él la noche antes de publicar la primera exclusiva del caso. “Ni el día 11, cuando se supone que ya tienen el expediente, ni el día 12”, afirmó. La realidad es que un periodista de este periódico mantuvo un largo intercambio de mensajes con él sobre el tema el día antes.

También quiso quitar hierro a las amenazas que profirió contra Esther Palomera, adjunta al director de elDiario.es, días después de la exclusiva. Del “os vamos a triturar, vais a tener que cerrar, que os den, idiotas” que dejó por escrito a su declaración ante Hurtado: “No es una amenaza a todos los periodistas, con esta periodista en concreto tenía la confianza de discutir con ella”.