A partir de la reunión de la ONU celebrada en Estocolmo en junio de 1972, sobre el medio humano, no sólo quedó de manifiesto que “el medio humano, el natural y el artificial, son esenciales para el bienestar del hombre y para el goce de los derechos humanos fundamentales, incluso el derecho a la vida misma”, sino que se asumió como la responsabilidad de que el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras ese medio natral del cual depende.
El principio 1 de dicha Cumbre enuncia que “El hombre tiene los derechos fundamentales a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones pr