Emocionante tránsito por las distintas formas de sentir la pérdida. Vibrante y delicada expresión artística, de la mano de la danza y de la música, acerca de la necesidad tan humana de vivir el vacío que deja la muerte. Pura vida. No alcanzan los adjetivos para transmitir lo que se experimenta con Óbito , sorprendente debut como autor y director de Yoel Vargas, bailaor tarraconense con alma de coreógrafo, de solo 21 años.
Fruto de tres años de investigación artística alrededor del luto, hizo levitar al público que llenó anteayer el Teatre Tarragona. A pesar de que el joven bailarín jugaba en casa, con padres, familia y amigos entre los espectadores, Óbito ya prepara una gira internacional para el año que viene. Por lo pronto, se podrá ver en Madrid, en el Corral de la Morería, la sema