El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , volvió a protagonizar este 12 de octubre una jornada marcada por el rechazo popular y la incomodidad institucional . Según publican Vozpópuli y Okdiario , el líder socialista fue recibido entre abucheos e insultos durante el Desfile de las Fuerzas Armadas y, posteriormente, abandonó de forma abrupta la tradicional recepción en el Palacio Real , evitando los corrillos con periodistas y autoridades .

Abucheos en Colón y silencio en TVE

Como cada año desde 2019, la llegada de Sánchez al desfile de la Fiesta Nacional de España estuvo acompañada de pitos, gritos y muestras de desaprobación por parte del público congregado en el Paseo de Recoletos . Pese al intento de blindaje de Moncloa , los micrófonos de ambiente recogieron gritos de « ¡Fuera! », « ¡Corrupto! », « ¡Sinvergüenza! » y el ya habitual cántico de « ¡Pedro Sánchez, hijo de puta! », según relató Vozpópuli .

La retransmisión oficial de Televisión Española (TVE) , sin embargo, redujo el volumen del sonido ambiente , en lo que varios medios califican como un intento deliberado de suavizar la magnitud de los abucheos .

« Radiotelevisión Española volvió a silenciar las muestras de descontento hacia el presidente, ocultando el ambiente real del desfile », señala Okdiario , que denuncia el uso propagandístico de la televisión pública.

Mientras tanto, los Reyes fueron recibidos con vivas y aplausos . « ¡Viva el Rey! », « ¡Viva España! », coreaban los ciudadanos mientras la comitiva real llegaba a la tribuna. El contraste fue tan evidente que incluso los comentaristas de TVE optaron por no describir los abucheos , refiriéndose a ellos como « algún silbido lejano ».

 Sánchez evita a la prensa y se marcha sin despedirse

Según revela Vozpópuli , una vez concluido el desfile y el posterior besamanos en el Palacio Real , Pedro Sánchez se marchó sin participar en los tradicionales corrillos informales con periodistas y autoridades , un gesto inédito que sorprendió incluso a los asistentes más veteranos.

El presidente del Gobierno evitó cualquier contacto con los medios , que esperaban poder intercambiar impresiones «off the record», como es costumbre cada 12 de octubre.

El jefe del Ejecutivo acudió solo , sin la compañía de su esposa, Begoña Gómez , actualmente investigada por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción . La ausencia evitó una imagen incómoda, como las protagonizadas por el matrimonio en anteriores actos oficiales.

Un gesto sin precedentes en medio de la crisis política

Fuentes próximas a la organización confirmaron a Vozpópuli que nunca antes un presidente del Gobierno se había marchado tan deprisa de la recepción del Palacio Real. Sánchez abandonó el recinto sin despedirse de las autoridades ni de los invitados, rompiendo el protocolo y dejando vacía la silla reservada para él durante el posterior cóctel institucional.

El presidente alegó un viaje inminente a Egipto , donde tiene previsto participar en la firma del acuerdo de paz impulsado por Donald Trump entre Israel y Hamás. No obstante, su vuelo —según las mismas fuentes— no partía hasta la noche , por lo que su salida repentina fue interpretada como un gesto de incomodidad y aislamiento político .

Entre el descrédito y la huida

La jornada de la Fiesta Nacional de 2025 deja dos imágenes que resumen el momento político que atraviesa España:
de un lado, los vítores al Rey Felipe VI y a las Fuerzas Armadas ; del otro, los abucheos al presidente del Gobierno , que huye de la prensa y de los ciudadanos .

El desgaste político del presidente se acentúa mientras el país afronta una crisis institucional y judicial sin precedentes, con varios casos de corrupción que salpican a altos cargos socialistas y tensionan las relaciones dentro del propio PSOE .

Una Fiesta Nacional marcada por el malestar ciudadano

Más allá de los actos protocolarios, el ambiente en Madrid fue de orgullo patrio y descontento político . Miles de ciudadanos se concentraron en el Paseo del Prado y la Plaza de Colón para rendir homenaje a la bandera, al Rey y a las Fuerzas Armadas , símbolos de unidad frente a un Gobierno que muchos consideran rehén de sus socios independentistas y populistas .

El desfile, que reunió a más de 3.800 militares, 229 caballos y 45 aeronaves , fue aplaudido por el público, que volvió a cantar el himno con fervor y a mostrar banderas de España en un ambiente festivo. Solo el presidente del Gobierno pareció fuera de lugar , en un acto que volvió a recordarle que una parte mayoritaria de la sociedad lo rechaza .