Innegable que, pese a todo, el régimen de “la revolución de las conciencias” porfía en reformas para que su revivida Presidencia Imperial rebase al autoritarismo del PRI, y acercar al régimen cada día más al totalitarismo.
El ogro filantrópico priista concentraba el Poder y restringía sólo ciertas libertades, mientras el totalitarismo lo concentra para ejercer el control absoluto sobre las vidas de los ciudadanos. Aunque lo niegue el pensamiento morenista, las circunstancias han cambiado.
Por la geopolítica, las circunstancias ya no son siquiera las de hace un año, como ejemplo están los ajustes a políticas públicas sagradas para los ideólogos morenistas, quienes quizá, diciéndolo coloquialmente, tengan que cumplir con la rancia receta política de “tragar sapos y sonreír como si les gust