Para contar

Alfonso Martínez Domínguez nunca estuvo cerca de perder el fuero como senador, era poderoso integrante de la cúpula tricolor.

Había sido líder de los diputados de su partido, dirigente nacional priísta, gobernador de Nuevo León, Regente del entonces Distrito Federal, cargo que tuvo que dejar al verse involucrado en el llamado “Halconazo” del 10 de junio de 1971 en contra de estudiantes.

Como senador, llegó a romper la regla y fue crítico en tribuna, por una sola vez. Sorprendió a más de uno en su bancada. Nadie se acercó a felicitarlo. Decidí hacerle breve comentario que reconocía su exposición. Su reacción fue inmediata, apenas agradeció, reveló el costo de su comportamiento: “ahora tengo que aguantar auditorías en mis empresas”.

Jamás volvería a disentir en su grupo parla

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