Las tiendas de ropa del barrio de Little Village, en Chicago, solían estar a rebosar, reflejo del optimismo de las familias latinas que consiguieron establecerse en Estados Unidos. Todo eso ya pasó.
Los comercios de esta ciudad del norte del país que dependen en gran parte de la comunidad latina ven su futuro peligrar por las redadas policiales ordenadas por Donald Trump. Los migrantes, con o sin papeles en regla, tienen pánico de salir a la calle.
Es viernes por la noche. En el Little Village, conocido como el México del Medio Oeste, desde hace unos meses las calles están desiertas; las obras, abandonadas.
Una de las decenas de tiendas para quinceañeras que hay allí, donde las familias compran los pomposos vestidos para la celebración, cerró sus puertas definitivamente en septiembre.